Oremos

Cristo Resucitado nos regale la alegría prometida en la Última Cena: esa alegría que nadie podrá quitarnos, porque Él vino para que tengamos Vida, y Vida en abundancia. Bien decimos cuando celebramos el Misterio de la Pascua: “Por la cruz, a la luz.”

 

Dios omnipotente y eterno,

que eres Padre misericordioso,

ponemos en tus manos

a las familias de nuestra parroquia.

Protégelas con tu amor y mantenlas libres

de los ataques y exigencias

a las que se ven sometidas en todo el mundo.

Que tu amor reine en todas las familias,

para que, imitando a la Sagrada Familia de tu Hijo,

permanezcan unidas en las alegrías y las penas,

y se conviertan en verdaderas “iglesias domésticas”

donde se viva y se enseñen los valores de tu reino:

el amor, la fidelidad, la solidaridad, el respeto,

la misericordia, la verdad, y la comunión.

Te lo pedimos por intercesión de Santa María de Guadalupe,

Madre nuestra, pilar y amparo de nuestra familia parroquial. Amén.

 

Jesús, José, y María:

Bendigan a nuestras familias.

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