November 27: The Church Year/El Año Litúrgico

The Church Liturgical Year: Last weekend we concluded Ordinary Time and the Church’s liturgical year as we celebrated the Solemnity of Jesus Christ, King of the Universe. The new Church year is a good moment to remember that the liturgical year is made up of six seasons:

Advent – four weeks of preparation before the celebration of Jesus’ birth at Christmas

Christmas – recalling the Nativity of Jesus Christ and His manifestation to the peoples of the world

Lent – a six-week period of penance and preparation before Easter

Sacred Paschal Triduum – the holiest “Three Days” of the Church’s year, when we recall the suffering, death, and resurrection of Jesus

Easter – Fifty days when we celebrate the Lord’s resurrection from the dead, His Ascension, and the sending forth of the Holy Spirit on Pentecost

Ordinary Time – divided into two sections (4-8 weeks after Christmas and another from after Easter until now), when we reflect on Jesus’ teachings and works.

Each of these seasons helps us better understand the Mystery of Christ, unfolding through the cycle of the year, and how we are called to live this mystery in our daily lives – especially this year through these difficult days of the Coronavirus. Just as we do for the calendar year, this “new liturgical year’s” arrival gives us an opportunity to take stock of where we are on our faith journey and make resolutions for growth and renewal in the coming year. The Ten Commandments are a good starting point for reflection.

Lo que se llama “el ciclo de Navidad,” parte del año litúrgico, comienza a finales de noviembre o principio de diciembre, y comprende: Adviento, Navidad, Epifanía.

Adviento (cuatro semanas de preparación antes del 25 de diciembre) es tiempo de alegre espera, pues llega el Señor. Las grandes figuras del Adviento son: Isaías, Juan el Bautista, y María. Isaías nos llena de esperanza en la venida de Cristo, que nos traerá la paz y la salvación. San Juan Bautista nos invita a la penitencia y al cambio de vida para poder recibir en el alma, ya purificada y limpia, al Salvador. Y María, que espera, prepara y realiza el Adviento, y es para nosotros ejemplo de esa fe, esperanza, y disponibilidad al plan de Dios en la vida.

¿Qué color se usa en el Adviento? Morado, color austero, contenido, que invita a la reflexión y a la meditación del misterio que celebraremos en la Navidad. No se dice ni se canta el Gloria, estamos en expectación, no en tiempo de júbilo. Durante el Adviento se confecciona una corona de Adviento; corona de ramos de pino, símbolo de vida, con cuatro velas (los cuatro domingos de Adviento), que simbolizan nuestro caminar hacia el pesebre, donde está la Luz, que es Cristo. Indica también nuestro crecimiento en la fe, luz de nuestros corazones; y con la luz crece la alegría y el calor por la venida de Cristo, Luz y Amor.

La Navidad comienza el 24 de diciembre en la noche, con la misa de Gallo y dura hasta el Bautismo de Jesús inclusive. En Navidad todo es alegría y júbilo, por eso el color que usa el sacerdote es el blanco o dorado, de fiesta y de alegría. Jesús Niño sonríe y bendice a la humanidad, y conmueve a los Reyes y a las naciones. Sin embargo, ya desde su nacimiento, Jesús está marcado por la Cruz, pues es perseguido; Herodes manda matar a los niños inocentes, la familia de Jesús tiene que huir a Egipto. Pero Él sigue siendo la luz verdadera que ilumina a todo hombre.

Epifanía es el día de los Reyes, la fiesta de la manifestación y revelación de Dios como luz de todos los pueblos, en la persona de esos Reyes de Oriente. Cristo ha venido para todos: Oriente y Occidente, Norte y Sur, Este y Oeste; pobres y ricos; adultos y niños; enfermos y sanos, sabios e ignorantes.

Resumen: en Navidad se conmemora el nacimiento de Jesús en la Iglesia, en el mundo, y en nuestro corazón, trayéndonos una vez más la salvación, la paz, y el amor que trajo hace más de dos mil años. Nos apropiamos de los mismos efectos salvíficos, en la fe y desde la fe.

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