El Gran Pastor del Universo

Padre Nuestro, eres digno de toda alabanza. Cuando miramos el mundo y su historia descubrimos tu presencia y tu Espíritu, sobre todo en este Tiempo de Pascua, cuando tu Hijo ha resucitado.

Tú eres, Dios Padre, el gran Pastor del universo y has trazado el sendero de los astros; luces inmensas que caminan por los espacios formando el incontable rebaño de las estrellas.

Tú eres quien abre la puerta del aprisco de los vientos, que, unas veces, se desatan huracanados y, otras, acarician los trigos suavemente. Tuyas son las estaciones que obedecen tu llamada, como ovejas que aman a su Pastor.

Eres digno de bendición, Padre, por la esperanza que nos comunicas cada primavera – ¡la Pascua florida que nos anuncia que Jesús ha resucitado! – los prados, los ríos, los insectos, los pájaros, las flores, los cereales, las hortalizas nos sugieren que el duro invierno de la vida puede llegar a ser vencido.

Lo viejo, lo caduco, lo estéril, el olmo seco, puede regenerarse con la gracia que resucitó a tu Hijo. Y es que donde no había esperanza de cosecha descubrimos que de nuevo podemos esperar frutos.

La misma fuerza de liberación que alimentas en cada uno de nosotros, y en todos los pueblos, es un poema de amor que te ofrecemos. Ayúdanos a mantener nuestra fe y esperanza durante estos días, por Jesucristo, Nuestro Señor, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.

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