8 de mayo: Dios Vive y Mora en Nosotros

En el Antiguo Testamento, “el lugar donde Dios habitaba” era, primero, la Tienda y el Arca de la Alianza. Después, el Templo. El Templo era el signo de que Dios vivía en medio de y con su pueblo. Esto era tomado con frecuencia demasiado al pie de la letra, materialmente, y casi mágicamente. Los Libros Sapienciales de la Biblia dicen que la presencia de Dios era algo más interior: Dios se hacía presente por medio de su sabiduría, hallada en el corazón de los justos.

Jesucristo, por su parte, dice (en Juan 14, 21-26 por ejemplo) que la presencia de Dios es mucho más íntima: Él vive por amor en los corazones de los que le aman y guardan su Palabra – una presencia que sólo la puede conocer alguien que realmente ama. Es decir, Jesús nos confirma y nos da la certeza de que nuestro Padre nos ama y vive en nosotros, si vivimos conforme a las palabras del mismo Jesús.

Oremos. “Padre, tú has establecido tu templo justamente en nuestros corazones. Danos ojos de fe y amor para reconocer que tú vives y moras en nosotros con tu Hijo y con el Espíritu Santo sobre todo cuando cumplimos la Palabra del mismo Jesús, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.”

footer-logo
Translate »