6 de enero: Tiempo Navideño

Como hemos celebrado por casi dos semanas, la Navidad es un “don que es expresión del amor infinito de Dios que ‘tanto amó al mundo que nos ha dado a su Hijo único.’” Por ello, según la enseñanza de la Iglesia, se debe valorar la “solidaridad con el hombre pecador, por el cual, en Jesús, Dios se ha hecho hombre” y que “el Hijo de Dios ‘siendo rico se ha hecho pobre’ para enriquecernos ‘por medio de su pobreza.’”

El domingo que viene vamos a celebrar la gran Fiesta de la Epifanía: la Fiesta que proclama que Jesús Niño pertenece y se entrega al mundo entero como su Salvador. Con los Magos, el mundo entero trae a Jesús su variedad de dones (sus culturas, por ejemplo). Y nosotros, al igual que la gente de otras naciones, le traemos el don de nosotros mismos: nuestra fe, nuestro propósito de fidelidad, y nuestro amor, al encontrarnos con Él en la oración y en los hermanos y hermanas.

Oremos. “Señor Dios nuestro, nos regocijamos  de que tú te hayas hecho cercano a nosotros en  Jesucristo tu  Hijo. Que Él sea para nosotros luz y vida, ahora y por los siglos de los siglos. Amén.”

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