Nos felicitamos la Pascua. Cantamos la Pascua. Anunciamos de mil formas el misterio Pascual. Pero, ¿vivimos este misterio? “Cristo vive,” decimos. Pero, ¿estamos resucitados con Él? ¿O todo se reduce a un producto más de consumo? Estamos ahora entre el Quinto Domingo de Pascua y el Sexto Domingo de la temporada. ¿Qué significa vivir la Pascua?
Vivir la Pascua significa estar (definitivamente) en Cristo. “El que está en Cristo es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo.” (2 Corintios 5, 17). “Estar en Cristo” es una frase feliz acuñada y repetida por Pablo – casi 200 veces en el Nuevo Testamento – y resume todo el misterio de la Pascua. No sólo anunciamos que Cristo vive, sino que Cristo vive en cada uno de nosotros o (mejor) que nosotros vivimos en Cristo. Estar en Cristo es estar en la verdad y vivir en el amor; es dejarse ganar por su Espíritu, tener sus mismos sentimientos, y responder a su llamada; es vivir la filiación, ser hijos e hijas en el Hijo, orar como Él lo hizo, sentir la fraternidad, y vivir la Comunión.
Estar en Cristo es también acompañar, es escuchar, es trabajar, y es morir y vivir en Él; es ser Él. Según San Pablo es: “No tener otra vida que Cristo” (Filipenses 1, 21) y “Resucitar con Cristo, buscando las cosas de arriba, donde está Cristo.” (Colosenses 3, 1)
Esto es vivir la Pascua: tener un amor más fuerte que la muerte, fogonazo que consume todas las ataduras, libertad definitiva, la paz como un torrente que inunda, la perfecta alegría. ¡Feliz Pascua de Resurrección! Mañana…más de “lo que significa la Pascua.”
Oremos: Señor, tú que nos has renovado en el Espíritu, fortalécenos en la fe, y haznos capaces de reconocer que ya participamos de la Resurrección de Jesucristo, tu Hijo, que siendo Dios vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
