4 de mayo: Llamados a Servir

¿Recuerdan lo que pasó el Jueves Santo, durante de la Semana Santa? Jesús, después de lavar los pies a los discípulos, les deja claro cuál ha de ser su actitud. Cada uno servirá con los dones que ha recibido y buscará el lugar en que mejor pueda realizar su misión. Será una bendición que encuentre su puesto, en uno u otro rango. Pero conviene que permanezca vigilante para no engañarse ni engañar a otros.

En los Evangelios, Jesús repetidamente nos recuerda que los “siervos no son mayores que su señor.”  El amor es lo que impulsa al servicio y lo hace entregado y discreto.

Oremos. “Oh Dios, danos aguante y resistencia para servirte a ti y a los demás sin esperar recompensa o gratitud, y para aceptar las dificultades y contradicciones, que son parte de la vida, y que son algo normal para los seguidores de Aquél que cargó la Cruz por nosotros, Jesucristo, nuestro Señor. Amén.”

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Según el Papa Francisco: “Cada uno de los Bautizados, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente Evangelizador. Es necesario cuidarse de la mentalidad que separa a los sacerdotes de los laicos, considerando protagonistas a los primeros y ejecutores a los segundos, y llevar adelante la misión cristiana como único Pueblo de Dios, laicos y pastores juntos. Toda la Iglesia es comunidad Evangelizadora, todos estamos llamados a servir. Esa chispa Divina que habita en el corazón de todo hombre y de toda mujer: estamos llamados a desarrollarla en el curso de nuestra vida, contribuyendo al crecimiento de una humanidad animada por el amor y la acogida recíproca. La vocación al servicio, como la santidad, no es una experiencia extraordinaria reservada a unos pocos.”

 

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