30 de junio: Los Santos Mártires de Roma

Con el anuncio de la Buena Nueva gracias a los Apóstoles, el número de fieles fue cada vez más en aumento. Sin embargo, el senado romano rechazó la “nueva religión” por considerarla contraria a las tradiciones de Roma y la declaró ilícita el año 35.

Más adelante, el emperador Nerón, para librarse de la acusación de haber incendiado Roma, culpó a los cristianos acusándolos de ser una religión maléfica que practicaba el canibalismo -alusión distorsionada y perversa a la Eucaristía- y que promovía el incesto, por la costumbre que tenían los cristianos de llamarse hermanos entre ellos y darse el beso de la paz. Nerón desencadenó de esta manera una infame persecución en la que miles de cristianos perecieron por proclamar y creer en el Dios verdadero, revelado en Jesucristo. El “Martirologio Jeronimiano” es el primero en registrar la conmemoración del martirio de más de 900 cristianos en los tiempos de Nerón.

Oremos. “Señor, Dios nuestro, que santificaste los comienzos de la Iglesia romana con la sangre abundante de los mártires, concédenos que su valentía en el combate nos infunda el espíritu de fortaleza y la santa alegría de la victoria. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.”

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