30 de diciembre: Será Llamado Hijo de Dios

Celebrando la Temporada la Navidad, algunos fieles pueden preguntarse por qué si el profeta Isaías anunció que al Hijo de Dios lo llamarían “Emmanuel,” el ángel dijo a María y José que pusieran al Niño por nombre “Jesús.” ¿Existe alguna contradicción? ¿Ambos nombres son lo mismo?

Con dos versículos de diferencia, San Mateo indica dos de los nombres que recibirá el Niño nacido de la Virgen: “Le pondrás por nombre Jesús…” y “Se le pondrá por nombre Emmanuel” (Mateo 1,21.23). Sin embargo, no hay oposición entre ambos nombres, porque el nombre que se anuncia en Isaías (Emmanuel) es el nombre profético de Cristo, y el nombre de Jesús es su nombre propio y personal. El nombre profético sólo indica lo que significará para los hombres, en aquel momento, el nacimiento de este niño. Será ‘Dios con nosotros’ de un modo particular. Así, se lee en el mismo Isaías, cuando dice a Jerusalén: “Desde ahora te llamarás ciudad del Justo, ciudad Fiel” (Isaías 1,26), no porque hubiese de llamarse así materialmente, sino porque tenía desde entonces una cierta conveniencia a causa de la purificación que en ella haría Dios. O, como dice a este propósito San Jerónimo, “significan lo mismo Jesús que Emmanuel, no al oído, sino al sentido.”

Emmanuel: expresa la naturaleza, la personalidad del Hijo de María. El nombre se contiene en la profecía que Isaías proclama ante el desconfiado Ahaz, cinco siglos antes del advenimiento del anunciado en ella: “He aquí que una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarán su nombre Emmanuel, Dios con nosotros.” (Isaías 7,14)

Emmanuel: “Dios con nosotros.” Jesús es Dios; el Dios que hizo el cielo y la tierra, que gobierna los astros y a quien sirven los ángeles. Pero sin dejar de ser Dios ni perder su Gloria, se ‘hunde’ en nuestra historia y en nuestro mundo para convivir con los hombres que Él ha creado, con la hechura de sus manos: Se hizo ver en la tierra y conversó con los hombres (Ba 3,38). Emmanuel expresa quién es el que nace: es Dios que se hace carne. Por eso el ángel dijo a María: “lo que nacerá de ti será santo, será llamado Hijo de Dios.” (Lucas 1,35)

Jesús: “Le pondrás por nombre Jesús porque Él salvará a su pueblo de sus pecados.” (Mt 1,21) Tales las palabras del ángel a José. Este nombre expresa la misión del Hijo de Dios al encarnarse. Revela el motivo de la encarnación. Jesús en lengua hebrea se dice Yehoshuah y quiere decir Yahvéh salva, Dios salva; quiere decir, pues, Salud-dador. El que viene a dar la salud al alma, que es donde mora la enfermedad del pecado.

¿Quién puede perdonar los pecados sino Dios? se preguntan los enemigos de Cristo, escandalizados no sólo porque ha curado a un paralítico en Cafarnaúm sino, especialmente, porque se ha anunciado la remisión de sus pecados. (Marcos 2,7) Han entendido que de esta manera se iguala a Dios, y no se equivocan: sólo Dios puede perdonar los pecados de los hombres. Por eso los perdonaba Cristo, porque era Dios, y para eso se había encarnado. Esto es lo que nos revela con su nombre.

(Gracias al Padre Miguel A. Fuentes, del Instituto del Verbo Encarnado)

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