30-31 de octubre: Preparándonos para Celebrar la Misa Dominical

La Misa que vamos a celebrar el domingo que viene nos va a recordar que: Jesús unió inseparablemente el amor de Dios y al prójimo en un solo mandamiento. Y el modo de comprobar que amamos a Dios como único Dios, por encima de todas las cosas, es el amor al prójimo. No es posible amar a Dios si nos desentendemos de los que Él ama más: de cada hijo e hija, hermano y hermana sin exclusión. El amor, los demás, y el mundo creado son  temas principales para revisar nuestra conciencia y crecer, procurando concretar: ¿A quién, cómo, y cuándo debo expresar mejor mi amor (y mi escucha)?

“¡Escucha, Israel. Escucha, pueblo de Dios!” Esto lo primero de todo: que escuchemos la voz de nuestro Dios. Nuestro Dios nos habla en cada celebración, cuando se proclama la Palabra, y quiere dialogar con nosotros. “Escucha Israel, y que las palabras que yo te dirijo hoy queden grabadas en tu corazón.”

Escuchar es el camino para poder amar: escuchar sin estar pensando lo que vamos a responder, escuchar sin hacer juicios, escuchar con atención a las palabras, los gestos, los sentimientos, y la situación vital. Escuchar dejando que nos afecte lo que escuchamos, que nos toque por dentro. Escuchar para discernir. Escuchar para acompañar y caminar juntos – como la Virgen María, guardando la Palabra y las palabras en el corazón. Escuchar comprendiendo y amando.

Según el Papa Francisco: “Escucha también la melodía de Dios en tu vida, y no limitarte a abrir los oídos, sino abrir el corazón. Y es que, quien canta con el corazón abierto toca el misterio de Dios, incluso sin darse cuenta. Un misterio que es, en definitiva, el amor que despliega su maravilloso, pleno, y único sonido en Jesucristo.” Que el Señor nos afine el oído y nos dirija para interpretar y cantar juntos la partitura del Amor.

Oremos. “Señor Dios, todo amor auténtico procede de ti y conduce a ti. Tú te has entregado a nosotros en una alianza de amor eterno en la persona de Jesucristo. Ayúdanos a responder a tu amor con todo nuestro ser y a vivir tus mandamientos – no como leyes impuestas desde fuera sobre nosotros – sino como oportunidades de amarte sincera y cordialmente a ti y a los hermanos y hermanas. Te lo pedimos por medio de Jesucristo nuestro Señor. Amén.”

footer-logo
Translate »