30-31 de agosto: Sanación

Aunque vivimos en una época en la que el tacto se ve con recelo y miedo – ya sea por las historias de abusos o por la pandemia – el tacto humano cura física, psicológica, y espiritualmente. Gracias a Dios, podemos “sanar” a los que nos rodean: una suave mano en el hombro o un cálido abrazo cuando alguien está dolido, una palmadita en la espalda cuando alguien hace algo bueno, la imposición de nuestras manos y una oración sobre los que están enfermos – estos gestos hacen increíbles milagros en sus vidas.

En su vida público, en su ministerio, Jesús curó a tantos y tantos que se acercaron a Él con toda clase de enfermedades. ¿Somos conscientes de que también nosotros podemos “sanar” a otros, mostrándoles afecto, compasión, y perdón? Que el Señor nos haga atentos a los poderes de curación que Él nos da.

Oremos. “Ayúdanos, Oh Dios, en nuestros torpes intentos de seguir buscándote, aun a tientas y tropezando. Y ayúdanos, también, a hacer que el Evangelio de esperanza y amor de tu Hijo sea una realidad en medio de nosotros; y que esto sea como la Buena Noticia de que Jesús está vivo entre nosotros y de que Él es nuestro Señor y Salvador por los siglos de los siglos. Amén.”

footer-logo
Translate »