29 de enero: Manteniendo la Esperanza

De vez en cuando necesitamos volver a recordar aquel “primer amor” en nuestra relación con Dios, cuando se fraguaban las decisiones fundamentales de la vida y de la fe. Con el tiempo han podido venir dificultades de todo tipo, tiempos duros, equivocaciones y errores, dificultades a causa del virus, quizás incluso el desánimo o la desesperanza, la apatía o la acedia. Necesitamos volver a aquellos primeros tiempos de enamoramiento, de compromiso, de radicalidad, de fuerza … y recuperar, ahora más realistas, aquel Amor del que, como Fuente, todo mana.

También nos hace falta paciencia, como también nos dice la carta a los Hebreos (10,32-39): “para cumplir la voluntad de Dios y alcanzar la promesa.” Y es que en las situaciones que vivimos hoy, en todo el mundo, lo más fácil es desanimarse y abandonar toda lucha. Estamos invitados a recordar, es decir, volver a pasar por el corazón, aquel primer Amor. Y necesitamos paciencia confiada y activa, para seguir caminando y luchando, en medio de tanta negatividad y tantas dificultades.

Estamos invitados a unirnos al salmo 36 y a orar despacio, haciendo nuestras, cada uno, sus palabras: “Confía en el Señor y haz el bien … encomienda tu camino al Señor, confía en Él, y Él actuará … el Señor te tiene de la mano….”

Oremos. “Oh Dios, siempre paciente y bondadoso, calma nuestra impaciencia cuando tratemos de imponer tu verdad, tu justicia, y tu paz a un mundo, e incluso a una Iglesia, que aún no están dispuestos a acogerlas. Que en nuestro desaliento e impotencia logremos aceptar que todo crecimiento verdadero viene de ti. Nosotros sólo podemos plantar la semilla: hazla tú brotar y florecer hasta hacerse un árbol frondoso que cobije a muchos en sus ramas. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.”

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