28 de octubre: San Simón y San Judas

Poco conocemos sobre estos apóstoles (San Simón y San Judas). El apodo “Zelote” indica probablemente que San Simón había pertenecido al grupo de activistas anti-romanos antes de convertirse en apóstol. San Judas, hermano de Santiago y llamado también Tadeo, preguntó a Jesús después de la Última Cena cómo el mismo Jesús podría mostrarse a sí mismo como Mesías sin usar la fuerza. Jesús le respondió que los creyentes le aceptarían por su amor.

Par reflejar: El padre James Martin, en su libro Mi Vida Con Los Santos, revela que, de niño, se enteró de que San Judas era el patrón de los casos perdidos. Consiguió hacerse con una pequeña estatua del santo. Cada vez que sus oraciones a Dios fracasaban, recurría a San Judas. En su pequeña mente razonaba que si Dios no podía responder a la oración, debía ser un caso perdido; y San Judas, siendo el patrón de los casos perdidos, debía ser seguramente más poderoso que Dios y conseguiría las cosas. Aunque la lógica estaba bastante equivocada, San Judas parece ser un poderoso intercesor ante Dios, dada su popularidad. Sin embargo, en los Evangelios, pasa por ser bastante ordinario. No se encuentra en el círculo más cercano a Cristo, ni se le ve haciendo nada notable. Se le puede considerar el “más pequeño” de los discípulos. Pero ¡qué poderoso y popular intercesor se ha convertido para nosotros! Dios eleva a los humildes y a los de abajo – y hace que los últimos sean los primeros.

Con la ayuda del Espíritu Santo, esforcémonos en hacer la tarea que Dios nos encomienda.

Oremos. “Padre, por intercesión de las apóstoles, especialmente San Simón y San Judas, renueva tu Iglesia para que vivamos según lo que creemos y alcemos en nuestro mundo una voz profética que hable con credibilidad de justicia, verdad, y unidad. Y que así el mundo crea en tu Hijo, Jesucristo nuestro Señor. Amén.”

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