28 de julio: El Reino de Dios

“En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: ‘El Reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel campo. El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra.” Mateo13, 44-46

Estas parábolas ponen en evidencia el valor absoluto del Reino de Dios anunciado por Jesús, por el cual vale la pena venderlo todo. Esta fue la experiencia que tuvo Jesús cuando descubrió la gratuidad y belleza del Reino de su Padre, por eso afirmó: ‘¡Donde esté tu tesoro estará tu corazón!’ Y es que el Reino de Dios exige una completa dedicación a su causa.

Este Reino no es cualquier cosa, es Alguien, es haber encontrado la persona de Jesús en el campo de la vida. Y es tanta la alegría que nos produce el horizonte de sentido que le abre a nuestra existencia ese encuentro con Él, que dejamos todo lo que considerábamos importante hasta ese momento. De este modo le damos lugar a la novedad de lo que hemos encontrado, no porque haya que pagar nada por lo que hemos encontrado. Por otra parte, las parábolas nos presentan la radicalidad en la elección por el Reino de Dios. El Reino se convierte en el único valor absoluto para quien recibe el don de descubrirlo; es la mayor riqueza para el seguidor de Jesús.

Pidamos al Señor que nos dé la gracia que nuestra vida sea unificada entorno al Reino de Dios. Que estemos atentos a no dejarnos seducir por las cosas vanas de este mundo como el poder, el prestigio, ni el placer. Oremos. “Ayúdanos Señor a descubrir cada día la novedad de tu llamada, que como tus primeros discípulos podamos experimentar que nos miras a nuestros ojos y nos dices: ¡Sígueme!’”

footer-logo
Translate »