24 de mayo: Fiesta de Santa María, Madre de la Iglesia

El 24 de mayo la Iglesia celebra la memoria de la Santísima Virgen María Madre de la Iglesia. En establecer esta Fiesta “nueva,” el Papa Francisco “consideró atentamente que la promoción de esta devoción puede incrementar el sentido materno de la Iglesia en los pastores, en los religiosos, y en los fieles, así como la genuina piedad Mariana.” Esta celebración nos puede ayudar a recordar que el crecimiento de la vida cristiana debe fundamentarse en el misterio de la Cruz, en la ofrenda de Cristo en el banquete Eucarístico, y en la Virgen oferente, Madre del Redentor y de los redimidos.

Según el Santo Padre: “La gozosa veneración otorgada a la Madre de Dios por la Iglesia en los tiempos actuales, a la luz de la reflexión sobre el misterio de Cristo y su naturaleza propia, no podía olvidar la figura de aquella Mujer, la Virgen María, que es Madre de Cristo y, a la vez, Madre de la Iglesia. Los primeros cristianos tenían una conciencia profunda de que la Iglesia era su ‘Madre’ espiritual, que los daba a luz en el bautismo, constituyéndolos en hijos de Dios a través de los sacramentos. También en el Nuevo Testamento los apóstoles a menudo se referían a los fieles como a sus hijos espirituales, reflejando así nuevamente su comprensión de que la Iglesia es nuestra madre y nuestra familia. Y en esto, los primeros cristianos entendieron que María era el símbolo perfecto de la maternidad espiritual de la Iglesia. Por ello, la nueva memoria que los católicos celebrarán el día después de la Fiesta de Pentecostés es un profético redescubrimiento de una antigua devoción.”

Oremos. “Virgen María, Madre de la Iglesia y, por lo tanto, madre nuestra: tú, que estuviste en los comienzos de la andadura eclesial junto a los apóstoles el día de Pentecostés. Tú, que fuiste partícipe, junto a ellos, de las maravillas que el Paráclito realizó no sólo en sus vidas sino también en las vidas de cuantos los escuchaban.

Madre, siempre dócil al Espíritu de Dios, intercede por nosotros, hijos tuyos y de la Iglesia a fin de que nos dejemos santificar y hacer por aquel que todo lo transforma y hace nuevo. Que seamos luz en la Iglesia y nuestro testimonio anime a muchos a buscar a Cristo y a dejarle ser el Señor de sus vidas. Haz, con tu intercesión, que la gente en todas partes del mundo se sienta acogidas y acompañadas por tu ternura maternal en el seno de este hogar que es la Iglesia del único Pastor, Jesucristo, que la fundó para reunirnos a todos en un solo redil. Amén. Virgen y Madre de la Iglesia, ruega por nosotros.”

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En la edición del 25 de junio del 2015 de la revista “New Earth” de la Diócesis de Fargo, mi tío, el Padre Vincent Tuchscherer (pronunciado took-shur) atribuyó a los sacerdotes de la parroquia Santa Teresa (“Little Flower”) en Rugby, Dakota del Norte, su atracción inicial por el sacerdocio. La revista lo honraba con motivo de su 60 aniversario como sacerdote. El tío Vince, como lo llamábamos, dijo que los sacerdotes de la parroquia local en Rugby ayudaron a trillar en la época de la cosecha, a acarrear fardos de heno, e incluso a construir un granero en la granja familiar.

Algo similar sucedió cuando el Padre Vince pasó tiempo con nuestra familia en Oregon y cuando lo visitamos en Dakota del Norte. Nos enseñó a lanzar una bola curva (¡como lo hizo Bert Blyleven de los Minnesota Twins!), nos enseñó a sostener un palo de golf, y nos presentó a Pinochle. Ninguno de esos suena tan importante como trillar o construir un granero, pero ayudó a plantar las semillas de mi propia vocación al sacerdocio. Siempre pensé que mi tío era un hombre decente, honorable, y devoto que amaba a Dios y le servía bien … y si yo pudiera ser decente, honorable, y devoto, tal vez podría imitar su amor por Dios y su capacidad para servirle Él a través de servir a su pueblo.

Fue una gran alegría tener al tío Vince presente en mi ordenación en 1989. También fue una alegría agradecerle en persona por la manera en que había sido un buen modelo a seguir para mí y por la inspiración que me dio (desde muy temprana edad e incluso en estos últimos años de su vida). El tío Vince murió el 19 de mayo. Fue el último miembro vivo de la familia de diez hijos de Mary y Casper Tuchscherer, por lo tanto ha pasado una generación. Que él y sus hermanos (incluida mi Madre) y todos los fieles difuntos descansen en paz. (P. Mark)

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