“Escuchen mi voz,” dice Dios por medio del tiempo Cuaresmal y por medio de sus profetas, como Jeremías. Jeremías, por ejemplo, después se queja de que el pueblo de Dios no quiere escuchar. Se escuchan a sí mismos y siguen sus propios caminos. Sus obras no hablan el lenguaje de Dios. En una palabra: no siguen a Dios.
¿Podemos escuchar el eco del Miércoles de Ceniza? “Sigan misa pasos. Conviértanse y creen en el Evangelio.” Demos gracias a Dios de que nos haya hecho su pueblo. Y hagamos lo mejor que podamos para vivir, fieles a sus pasos, como pueblo querido de Dios.
Oremos. “Dios nuestro, tú nos pides no tanto que observemos ciertas prácticas, sino que nuestros corazones estén vueltos a ti. Queremos hacer en todo tu voluntad, fielmente y con generosidad como lo hizo Jesús, tu Hijo, quien cumplió tu voluntad porque te amaba y que por eso vive contigo por los siglos de los siglos. Amén.”
