24 de junio: La Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús

Dios busca nuestra respuesta de amor.

“Dios nos amó con amor infinito antes de que nosotros pudiéramos amarle a Él. Nos envió a su Hijo como nuestro Salvador y nos hizo partícipes de su Santo Espíritu.”

Cuando celebramos la Fiesta del Sagrado Corazón, o siempre que honramos al Corazón de Jesús, celebramos el amor que Dios Padre nos mostró en su Hijo. Por pura iniciativa suya, Dios Padre, fuente y origen de todo auténtico amor, nos busca y se nos da a sí mismo.

¿Y quiénes se abren a su amor? No los autosatisfechos y autosuficientes, porque no sienten necesidad ni de Dios ni de los hombres. Su orgullo les impide aceptar el amor. Pero, por el contrario, los débiles y humildes pueden abrirse al amor de Dios, porque son conscientes de la pobreza de su amor; saben que son frágiles y vulnerables.

Dios busca nuestra respuesta de amor. Esta respuesta debe incluir necesariamente (y primeramente) el que mostremos a los que viven con nosotros un poco del calor del amor que recibimos de Él. Deberíamos permitir a los hermanos y hermanas acercarse a nosotros, como Cristo dejaba a todos acercarse a sí para aliviar sus cargas.

Ya que Dios nos amó antes de que nosotros pudiéramos amarle, que nuestra vida católica sea un himno de gratitud a su iniciativa de amor. Pidamos a Dios que nos bendiga y que llene y enriquezca la pobreza de nuestro amor.

Oremos. “Padre, tú has hecho visible tu amor en tu Hijo, hombre como nosotros excepto en el pecado, y por medio de Él te has unido a nosotros con un vínculo de amor fiel. Acepta nuestra acción de gracias y ayúdanos a reflexionar sobre tu mismo amor, para que, como tú y como tu Hijo Jesús, no tengamos miedo de mostrar afecto y preocupación por nuestros hermanos y hermanas y de siempre prestarles generoso servicio. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.”

footer-logo
Translate »