23 de junio: “Por Sus Frutos los Conocerán”

En el Evangelio de San Mateo (7, 15-20), Jesús nos habla sobre quiénes son los verdaderos amigos y qué hace falta para estar seguro de ellos. Dice: “Por sus frutos los conocerán.”  Las palabras pueden ser muy finas y bonitas, pero lo que convence son las obras, el comportamiento. Y para aclarar mejor su enseñanza, añade: “Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos.”

Vamos a aplicar estas enseñanzas a la vida de cada día. Decía un sabio sobre su vida: “De joven yo era un revolucionario y mi plegaria consistía en decirle a Dios: ‘Señor, dame fuerzas para cambiar este mundo tan perdido.’ Cuando me hice mayor, me di cuenta de que había pasado media vida sin haber conseguido cambiar ni a  una sola persona. Entonces cambié mi oración y empecé a pedir: ‘Señor, concédeme la gracia de transformar a todos aquellos que se pongan en contacto conmigo, aunque sean sólo mi familia y mis amigos, con esto me conformo.’ Ahora que soy viejo y tengo los días contados, he empezado a comprender lo estúpido que he sido. Ahora, mi única plegaria es la siguiente: ‘Señor, dame la gracia de cambiarme a mí mismo, aunque sólo sea un poquito.’ Si hubiese rogado de esta manera desde el principio, no habría perdido tanto tiempo en mi vida.”

Según el Señor Jesús: “El árbol que da buenos frutos es un árbol bueno.” Que la savia de su Evangelio, su unión con nosotros, y nuestra intimidad con Él corran sin cesar por nuestras venas. Así daremos frutos de justicia, misericordia, y amor, con la bendición de Dios todopoderoso.

Oremos. “Señor Dios, por medio de tu Hijo, que está en medio de nosotros, ayúdanos a descubrir de nuevo qué significa ser ‘amado’ por ti. Que todas nuestras vidas sean un descubrimiento y una profundización de las riquezas y capacidades de nuestra fe, esperanza, y amor, para que demos frutos duraderos de bondad y de justicia, en respuesta a tu amor, que permanece por los siglos de los siglos. Amén.”

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