21 de octubre: La División v. La Unidad

En los Evangelios, Jesús siempre advierte a sus oyentes sobre el peligro de dividir a las personas en categorías mutuamente excluyentes de buenos y malos. Ninguno de nosotros es totalmente malo o totalmente bueno; todos somos matices de gris, con diversos grados de bondad y maldad en nosotros. Por desgracia, todavía practicamos la división en nuestras interacciones con la gente. Pensamos que es más fácil navegar por un mundo en el que podemos etiquetar claramente a las personas, ya sean nuestros vecinos o los líderes políticos. Sin embargo, Jesús nos invita a ponernos las gafas del Evangelio y a mirar el potencial positivo de todas las personas – nuestros hermanos y hermanas.

Como los miembros de un cuerpo, tenemos que trabajar linda y generosamente todos juntos para edificar el cuerpo de la Iglesia. Si dejamos de hacer esto, la Iglesia se desploma. Pero trabajando juntos podemos edificar una Iglesia fuerte y robusta, en la que Cristo realmente vive y reina.

Oremos. “Padre, Gracias por la confianza que nos das, y haznos capaces de construir unidad y comunidad por medio de las gracias y dones con las que tú nos enriqueces por medio de Jesucristo nuestro Señor. Amén.”

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