20 de abril: Danos la Paz

La definición de racismo es el juzgar a otras personas inferiores en razón de su raza o etnicidad. Como una Iglesia, creemos que cada persona está hecha a imagen y semejanza de Dios. El racismo contradice el mismo concepto de que la persona humana ha sido creada a imagen y semejanza de Dios. El racismo es un problema porque la injusticia y el daño que causa son ataques directos a la vida humana. Estamos llamados a honrar, respetar, y proteger a nuestros hermanos y hermanas de otras razas y etnicidades.

Oremos para que tengamos el valor de hablar contra el pecado de racismo y de eliminarlo. Oremos para que vivamos nuestra fe respetando a toda la gente de diferentes antecedentes y etnicidades. Oremos para que “abramos nuestros corazones” para amar, sabiendo qué es lo que Dios espera de nosotros.

“O Dios, en este momento te damos gracias por tu infinita misericordia. Gracias Señor porque tus oídos están atentos a nuestra oración. Hoy venimos ante tu presencia para que sanes nuestros corazones y nuestro país. Ahora mismo te pedimos, en el poderoso nombre de Jesús, que nos ayudes a sentir esa paz que sobre pasa todo entendimiento. Saca de nuestros corazones toda angustia y toda desesperación que no proviene de ti, sino de las tiemblas. Activa en nuestras vidas y en nuestra sociedad la serenidad de tu Espíritu Santo, para caminar con la luz de tu amor. Cúbrenos con tus alas de amor, para que la paz llene todo espacio vacío, y que el enemigo trata de llenar con la incredulidad, la impaciencia, el temor, y la angustia. Padre eterno, danos de esa paz. Amen.”

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