19 de enero: Él Lo Puede Todo

Algunas veces reducimos nuestra religión a un asunto de leyes casuísticas: ¿Se permite trabajar en domingo? ¿Cuándo llega a ser pecado mortal, si llego tarde a la Misa? ¿Cometo pecado si no alzo mis manos al rezar el Padre Nuestro? A veces nos comportamos como niños inmaduros. Dios quiere que crezcamos en nuestra fe. ¿Dónde queda la Buena Noticia de Jesús? ¿En qué consiste nuestro amor al Señor y a los hermanos y hermanas?

En nuestra vida, seguro que ha habido momentos en los que hemos sentido que la “parálisis” (el miedo, por ejemplo) nos invadía, no nos dejaba ir hacia delante. Cuando vuelva a suceder, busquemos a Jesús. Podemos extender la mano delante de Él y desear de todo corazón que nos sane. Él lo puede todo.

Oremos. “Padre, que la comunidad cristiana, tu Iglesia, sea para todos lo que tú eres para todos nosotros: amor que salva, y paz que sana; alegría compartida y don sorprendentemente generoso, don dado libremente y nunca lamentado. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.”

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