19-20 de noviembre: Preparándonos para Celebrar la Misa Dominical

Esta solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo cae en el último domingo del tiempo ordinario. A través de todo este año, hemos contemplado con nuestros ojos el nacimiento, la vida, el mensaje, la gran peregrinación a Jerusalén, la muerte, y la Resurrección de Jesús. La Misa de esta Fiesta resume algunos aspectos clave de por qué Él vino a vivir entre nosotros. Jesús vino y  murió en la Cruz por nosotros para mostrarnos toda la profundidad del amor de Dios, para mostrarnos su ilimitada misericordia con nosotros, para ofrecernos la promesa del paraíso, para darnos la gracia de Dios que nos acepta como hermanos y hermanas de Jesús e hijos y herederos del Padre. Con Jesús, nuestro Rey, damos gracias al Padre por concedernos perdón, esperanza, y vida sin fin.

Celebramos en esta Fiesta que el Reino de Dios no está completo todavía. Pero está entre nosotros y sigue creciendo cuando intentamos vivir como Jesús y llevar su justicia y amor a todos con nuestras palabras y con nuestras obras, y con la entrega de nosotros mismos.

Oremos. “Padre, amante de tu pueblo, tú quieres que reconozcamos a nuestro Rey en Jesús, coronado de espinas y entronizado en una Cruz, como nuestro líder sin ejército, ni poder. Con y como Él, haz que elijamos el amor como nuestro único poder, y el servicio humilde como nuestra única grandeza. Que sea éste el modo cómo su Reinado crezca entre nosotros, hasta que nos lleves a tu alegría y felicidad eternas. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.”

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