16 de junio: Buscando y Encontrando a Dios

Para quienes aprenden a mirar atentamente, el mundo está lleno de la presencia de Dios y el darse cuenta de esos signos es el mejor modo de superar los sentimientos de desilusión. Incluso las cosas cotidianas, que a veces parecen siempre lo mismo y que llevamos con distracción o esfuerzo, estamos inhabitados por la presencia oculta de Dios; es decir, tienen sentido. Por tanto, debemos tener ojos atentos para buscar y encontrar a Dios en todas las cosas.

Debemos mirar más allá de las apariencias para descubrir la presencia de Dios que, como amor humilde, siempre está obrando en la tierra de nuestra vida y nuestra historia. Incluso en la Iglesia, las malezas de la duda pueden enraizarse, especialmente cuando presenciamos la crisis de fe y el fracaso de distintos proyectos e iniciativas. Pero no olvidemos nunca que los resultados de la siembra no dependen de nuestras capacidades; dependen de la acción de Dios.

Oremos. “O Dios, tú nos concedes que el Espíritu Santo nos llene generosamente con múltiples dones. Y tú quieres que seamos ministros de tu generosidad para cada uno de nuestros hermanos y hermanas. Ayúdanos a expresarte nuestra gratitud y a revelar tu bondad compartiendo lo que somos y tenemos, con total alegría y sinceridad, como hizo Jesús, tu Hijo, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.”

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