16-17 de septiembre: Preparándonos para Celebrar la Misa Dominical

“Padre nuestro ….”

Será buena idea leer la primera lectura de la Misa del domingo antes de venir al templo (Sirácides 27, 30 – 28, 7). La lectura nos recuerda: “La cólera oscurece el alma; por eso hay que cortar de raíz los pensamientos de cólera y no abandonarse a ellos. Furor y cólera son odiosos.” Nos dice también, “¿cómo puede un hombre guardar rencor a otro y pedir la salud al Señor?” Si fuésemos más coherentes, antes de pedir nada al Señor, dejaríamos la ofrenda ante el altar e iríamos a reconciliarnos con nuestros hermanos y hermanas. Es verdad que no siempre se produce la reconciliación – dos no pelean si uno no quiere, y lo mismo pasa con el perdón – pero, por lo menos, lo habremos intentado. Por nuestra parte, todo estará bien. De lo que hacemos – o no hacemos – es de lo que debemos responder.

Sirácides nos dice también “ten presentes los mandamientos y no guardes rencor a tu prójimo.” Es muy práctico recordar los mandamientos, los de la Ley de Dios, y también los de la Iglesia. Si nos miramos a nosotros primero, quizá seamos más tolerantes con los demás. Porque nosotros tampoco somos perfectos, y el contraste de nuestra vida con los mandamientos nos lo recuerda. Con otras palabras, “el que está libre de pecado, que tire la primera piedra.” (Juan 8, 7)

Nos resulta familiar el dicho: “Errar es humano, perdonar es divino.” Quizás olvidamos con demasiada facilidad la segunda parte. Al perdonarnos unos a otros, hacemos lo que Dios hace siempre con nosotros. Si no podemos perdonar, no hemos aprendido a amar en profundidad y estamos todavía lejos del Evangelio.”

Oremos. “Padre amoroso, tú eres bueno y paciente, compasivo, cariñoso, y misericordioso. Tú perdonas toda nuestra deuda del pecado. Que tu perdón nos traiga mucha alegría y esperanza, e indúcenos a olvidar y a perdonar con prontitud las deudas que otros nos deben. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.”

footer-logo
Translate »