15 de julio: Fiesta de San Buenaventura

San Buenaventura dedicaba mucho tiempo a la oración y su rostro alegre y sereno era el reflejo de su alma. En una ocasión Santo Tomás de Aquino fue a visitar a Buenaventura cuando escribía sobre “el pobre de Asís, Francisco.” Al llegar, lo encontró en su celda en plena contemplación y Santo Tomás se retiró diciendo: “Dejemos a un Santo trabajar por otro Santo.” San Buenaventura se caracterizaba por la sencillez, la humildad, y la caridad. Mereció el título de “Doctor Seráfico” por las virtudes angélicas que realzaban su saber.

Oración escrita por San Buenaventura: “¡Oh Jesús a quien los Ángeles desean siempre contemplar, haz que mi corazón sin cesar tenga hambre de Ti, se alimente de Ti, y lo más profundo de mi alma sea regalado con la dulzura de tus delicias. Que mi corazón tenga siempre sed de Ti, oh fuente de vida, manantial de sabiduría y de ciencia, río de luz eterna, torrente de delicias, abundancia de la casa de Dios. Que no ambicione otra cosa sino poseerte, que te busque y te encuentre, que a Ti me dirija y a Ti llegue, en Ti piense, de Ti hable y todo lo haga en loor y gloria de tu nombre, con humildad y discreción, con amor y deleite, con facilidad y afecto, con perseverancia hasta el fin; y que Tú sólo seas siempre mi esperanza, toda mi confianza, mis riquezas, mi deleite, mi contento, mi gozo, mi descanso y mi tranquilidad, mi paz, mi auxilio, mi sabiduría, mi heredad, mi posesión, mi tesoro, en el cual esté siempre fija, firme, y hondamente arraigada mi alma y mi corazón. Amén.”

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