14 de marzo: Abiertos a la Luz de la Verdad

Las disciplinas de la Cuaresma (la oración, el ayuno, y la caridad) nos están enseñando que podemos ver signos evidentes de la presencia de Dios y de su amor en nuestra vida. Por eso, hay que estar abiertos a la luz de la verdad que es Cristo y no cegarnos en nuestra soberbia. La Cuaresma nos invita a aceptar (de nuevo) a Cristo, aceptar su amistad y su amor, y aceptar la verdad de sus palabras y creer en sus promesas. Los Cuarenta Días nos están invitando a reconocer que la enseñanza de Maestro nos conducirá a la felicidad ahora y, finalmente, a la vida eterna.

Detrás de tantas maravillas que nos rodean, hay Alguien que nos ama … a quien a veces no hemos descubierto. Nuestra peregrinación por el desierto Cuaresmal nos invita a decir: “Creemos que la clave, el centro, y el fin de todo lo humano se hallan en nuestro Maestro.”

Oremos. “O Dios, que iluminas a toda la creación con la luz potente de tu amor, abre los ojos de nuestro espíritu, para que nuestra vida y nuestro camino sean conforme con tu voluntad Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.”

 

 

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