14 de junio: Sembrando Semillas de Justicia y Paz

Somos una familia humana cualesquiera que sean nuestras diferencias nacionales, raciales, étnicas, económicas, e ideológicas. Somos los custodios de nuestros hermanos y hermanas dondequiera que se encuentren. En el mero centro de la virtud de la solidaridad está la búsqueda de la justicia y la paz. EI Papa Paulo VI nos dijo: “Si quieres paz, trabaja por la justicia.”

Según el Evangelio del domingo pasado (“siembra, siembra, siembra”), ¿cómo podemos sembrar las semillas de justicia y paz en la vida diaria? Lo que parece más pequeño, más insignificante, es lo que llega a ser grandísimo. El Reino de Dios es amor y, por lo tanto, se instaura en el mundo por medio de amor. Un gran amor está lleno de pequeños detalles.

Cosas prácticas que hacer: vivir con amor desinteresado (o de benevolencia) que significa desear y hacer el bien del otro aunque no proporcione ningún beneficio, porque se desea lo mejor para el otro; aprender como amar a Cristo en el prójimo, por su ‘dignidad especial’ como hijo de Dios y aprender como comprender a todos porque todos son creaturas de Dios; y evitar el odio, la maldición, la envidia, y el escándalo.

En el instaurar el Reino de Dios, se requiere paciencia y confianza. La paciencia, pues los frutos no se ven inmediatamente. Todos los pequeños actos de amor son como la semilla que tiene su tiempo y, poco a poco, va creciendo y dando el fruto. Si lo que hiciéramos inmediatamente diera su fruto, fácilmente nos acostumbraríamos a realizar cosas pequeñas con un gran amor. Un pequeño acto, hecho con amor, dará un fruto inimaginable, pero se requiere paciencia para no desesperarse y dejar de amar.

Oremos. “Señor Jesucristo, que eres llamado Príncipe de la Paz, que eres Tú mismo nuestra paz y reconciliación, que tan a menudo dijiste: “La Paz contigo, la paz les doy.” Haz que todos hombres y mujeres den testimonio de la verdad, de la justicia, y del amor fraternal. Destierra de nuestros corazones cualquier cosa que podría poner en peligro la paz. Ilumina a nuestros gobernantes para que ellos puedan garantizar y puedan defender el gran regalo de la paz. Que todas las personas de la tierra se sientan hermanos y hermanas. Que el anhelo por la paz se haga presente y perdure por encima de cualquier situación.” San Juan XXIII

footer-logo
Translate »