13 de febrero: Signos

De vez en cuando, en su vida pública, los fariseos piden a Jesús un signo de que su autoridad viene del cielo (por ejemplo, Marcos 8, 11-13). Pero, también nosotros buscamos con frecuencia signos y tranquilizantes. ¿Acaso no son suficientemente tranquilizadoras las palabras de Jesús? ¿No consiste la fe en confiar en Él? 

El signo que nos da Jesús es Él mismo, su propia persona, el Emanuel, Dios que se nos muestra personalmente en Jesús: en su palabra de vida inspiradora; en la ternura de su acción sanadora; y en su aceptación de todas las personas, incluyendo los pobres y marginados. Que el Señor abra nuestros ojos y nos bendiga.

Oremos. “Oh Dios, sabemos que tú eres nuestro Padre, pero a veces no nos es fácil reconocer tu presencia amorosa. Danos ojos de fe para percibir el signo de que tú estás con nosotros en Jesús y en su mensaje, en el Evangelio. Purifica nuestra confianza en ti y en Jesús para que logremos ser creyentes más maduros que te amemos por medio del mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.”

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