12 de mayo: Nada es Imposible para Dios

Cuando leemos y meditamos la Palabra de Dios en el libro de los Hechos de los Apostoles, nos damos cuenta de que nada es imposible para Dios. La Palabra siempre nos recuerda que mientras haya vida, hay posibilidad de cambiar la mirada, de nacer de nuevo de modo absoluto, de que la vida de un giro radical. San Pablo, por ejemplo, pasó de perseguidor de Cristo, a ser perseguido por su causa hasta dar la vida, y lo anuncia el Evangelio sin temor, en todas partes.

Con frecuencia constatamos con tristeza que la gente a la que queremos no disfruta del don de la fe, no creen. Madres y padres que se lamentan de que sus hijos no tienen fe a pesar de todos los esfuerzos que hicieron; parejas que desearían que sus respectivos compartieran con ellos esta dimensión para acrecentar su amor; y familias que no pueden celebrar juntos porque no todos comparten este tesoro. Las cosas pueden cambiar y las personas también, como le ocurrió a San Pablo. Nunca es tarde para la esperanza.

Oremos. “Padre amoroso, danos tu gracia para servirte a ti y a los hermanos sin esperar recompensa o gratitud, y para aceptar las dificultades y contradicciones, que son parte de la vida católica, y que son algo normal para los seguidores de Aquél que cargó la Cruz por nosotros, Jesucristo, nuestro Señor. Amén.”

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