1 de diciembre: Misericordia Amorosa

El Adviento anuncia que hay un futuro para todos. No estamos condenados al fracaso. Siempre es posible la reconciliación, el perdón, la salvación, y la vida. Aunque la sociedad nos condene, aunque los amigos nos abandonen, aunque fracasen nuestros planes y negocios – Dios viene a salvarnos.

La parroquia está ofreciendo “horas extras” para confesarnos durante del Adviento. Favor de recordar que no entramos en el confesionario como unos castigados que deben humillarse, sino como hijos que corren a recibir el abrazo del Padre. Y el Padre nos levanta en cada situación. Él nos perdona cada pecado. Dios perdona siempre.

Oremos. “Padre de todos los pueblos, en medio de todo lo que está pasando a nuestro alrededor, nos has entregado en este tiempo, no de la oscuridad y la desesperación, sino de esperanza para quien espera: de todas las cosas buenas que son posibles;  de los que tienen hambre siendo saciados; de misericordia amorosa para todos los que invocan a Dios; de Dios mismo naciendo en el mundo. Seguramente aún hay un canto dentro de nosotros porque es nuestro para servir al Señor. La puerta oscura del tiempo ha sido abierta y el que tiene esperanza vive de otra manera. Dios de la esperanza, ¡escucha nuestra canción! ¡Ven, Señor Jesús, ven! Amén.”

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